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 No existe una sola manera para usar las piedras, pueden darse mil improvisaciones,

no obstante, os presento algunas ideas de juego a modo de introducción:

- Con las piedras dentro de la bolsa, el niño o niña coje una sin mirar y el narrador (que puede ser él, otro amigo, una hermana o un padre…) comienza a improvisar la historia. Nunca saldrá la misma historia ya que cada vez saldrá un personaje o objeto distinto dando opción a repetir el juego indefinidamente.

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- Juego libre. Dejar la bolsa al niño o a la niña y dar la oportunidad que las usen como deseen. Pueden observar los dibujos, intentar copiarlos, utilizarlos para un escenario e imaginar historias.

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- Se ordena las piedras de antemano y a partir de ahí, se traza la historia. De esta manera, el adulto puede controlar la historia que quiere representar y trabajar algún recurso, emoción o situación que quiere trabajar para acompañar al niño y ayudarle a través del cuento y el juego.

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- Círculo de cuento. En círculo se sientan todos los participantes en medio están las piedras boca abajo y por orden cada uno va cogiendo una piedra y tiene que seguir la historia del anterior.

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- Si las piedras representan rasgos de emociones, nos podrá servir el juego para ayudar a conectar y identificar las emociones del jugador. Bien para él expresar como se siente y poder hablar de ello, como para conocer las distintas emociones y observar como ninguna es buena o mala, simplemente son.

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